Sunday, June 8, 2014

Mi impresión de la vida (lo que en el fondo sentía, aunque quisiera ignorarlo):

"La felicidad es el RESULTADO de algo. Cuando lo LOGRES, serás feliz."

Por lo tanto, la vida se basaba en "arreglar", "mejorar", "planear", "dirigir"
para lograr la felicidad.
¡TANTO QUE HACER! ¡TANTO QUE LOGRAR! ¡TANTO POR MEJORAR!
¿CÓMO VAS A SER FELIZ? eso significa RESIGNARSE a la MEDIOCRIDAD.
La felicidad llegaría tras arreglarlo todo.
Tras lograrlo todo.

Una vez estuviera "todo en su sitio", podría sentarme y "ser feliz".
Esa es la impresión que tenía.

Un día me dije:
¿Y si en vez de eso, soy feliz "por el camino"?
Porque, total, tal vez no llegue nunca a "arreglarlo todo".
Entonces, vaya rollo, ¿no? ¿Y si soy feliz "por nada"?
Aunque no haya logrado nada, mejorado nada, hecho nada,
nada de nada.

Sólo feliz.
Por Nada.

Pensé que con esa base me volvería una perezosa, sin rumbo,
sin "ambiciones".

Pero es al revés.

En vez de hacer las cosas con ansia, con hambre, con sed,
con la promesa (incierta) de una felicidad total al final del camino,
haces lo mismo pero comiendo, bebiendo, descansando, alegremente
y en paz. Lo mismo igual pero sin la zanahoria delante.
Tienes un saco lleno y vas comiendo tranquilamente, mientras caminas.

Con esa base, al no buscar "lograr algo" a través del hacer,
eres feliz, y vas haciendo. Pero si no haces, eres igual de feliz.
"Arreglas", "mejoras", "planeas" y  "diriges" pero siendo feliz, ya,
por el camino.
Tranquilamente, zanahoria en mano.
Felicidad en mano.
¡Vaya descanso!

Maho Somekawa

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